✍ A.J. Dybantsa y la lucrativa nueva etapa de BYU
La próxima gran perla del baloncesto estadounidense se comprometió recientemente con la universidad de BYU. Y no fue una sorpresa.
En una etapa donde la NBA empecerá pronto a perder algunos de sus grandes referentes históricos de estas dos últimas décadas (LeBron James, Stephen Curry, Kevin Durant o James Harden superan los 35 años) y otros tantos están en torno a la treintena (como Giannis Antetokounmpo, Joel Embiid o Nikola Jokic) no es extraño pensar que ya hay gente con la vista puesta en quiénes serán las próximas grandes estrellas de la liga, esas que se unirán a los Victor Wembanyama, Luka Doncic o Anthony Edwards como las nuevas caras visibles de la competición profesional.
Cooper Flagg es ya una realidad, y es el gran candidato al #1 del NBA Draft 2025, y detrás de él viene pisando fuerte la figura de otro coloso de la canasta que apunta maneras para ser otro jugador dispuesto a hacer disfrutar a la próxima generación, y que ha sido protagonista recientemente tras anunciar oficialmente su destino universitario.
A.J. Dybantsa está en boca de todos, si no lo estaba ya antes. El alero de Massachusetts confirmó los presagios que apuntaban a que se enrolaría en la renovada BYU de Kevin Young, el ex-asistente de Phoenix Suns que llegó el año pasado a los Cougars y que tras traerse a dos prospects de gran calibre como Egor Demin y Kanon Catchings a un programa sin especial relevancia histórica en college basketball vuelve a hacer historia en el recruiting de los de Provo al traerse al mejor jugador de la clase de 2025.
Dybantsa deshojó la margarita el pasado día 10 de diciembre en el conocido programa First Take de ESPN, donde el imbécil periodista Stephen F. Smith tardó apenas unos segundos en preguntarle cómo era posible que se hubiese decidido por los Cougars y no por un programa tan brillante y con tanto futuro a corto plazo como North Carolina. Como lo pudiera haber sido Kansas o Alabama, donde por seguro hubiera triunfado también.
Pero no todo el mundo puede/quiere pagar el precio que tiene Dybantsa… cosa que BYU sí. Dos factores clave en su reclutamiento por los Cougars estuvieron en las figuras de Danny Ainge y de Ryan Smith. El primero no necesita presentación, y cuando Dybantsa emergió en su Massachusetts natal él todavía estaba como General Manager de Boston Celtics y siguió muy de cerca su ascenso deportivo. El segundo, un magnate y filántropo que es conocido por ser el propietario de los Utah Jazz (NBA), el Utah Hockey Club (NHL) y co-propietario de los Real Salt Lake (MLS). Vamos, un multimillonario con mucha pasta que donar a la universidad y un padrino de lujo a nivel baloncestístico que estudiaron en BYU y conocen de sobra el negocio. No era necesario que la universidad fuese una «Blue Blood» para atraer talento.
Inicialmente se dijo que su NIL ascendía a los 7 millones de dólares, según Adam Zagoria, algo que parece no ser tan realista llevado a la práctica. Otros medios apuntan a que puede estar entre los 4 y 5 millones de dólares, aunque el cualquier caso es una cantidad totalmente desproporcionada. Fijaos que el propio Kevin Young cobra poco más de 4 millones de dólares al año por dirigirle en BYU. Contando que Dybantsa antes de su reclutamiento ya contaba con acuerdos de patrocinio NIL tan potentes y suculentos como Nike o Red Bull y que ya se había llevado un buen pellizco al transferirse este último año de instituto a Utah Prep…
Bueno, digamos que el tema económico algo ha tenido que ver en su decisión final. 😬
Podemos entrar en el debate sobre si ésta ha sido su única motivación. En lo deportivo no hay mucho que decir, ya que sin ser una universidad muy prestigiosa en lo que a baloncesto se refiere (el ya mencionado Danny Ainge y más recientemente Jimmer Fredette quizás han sido sus mayores referentes históricos) los Cougars están desde el pasado año disputando la siempre complicada Big 12 Conference, y podrá enfrentarse ante algunos de los programas más potentes a nivel nacional. También podemos poner sobre la mesa que Dybantsa ha afirmado en multitud de ocasiones que siente admiración por Kevin Durant, jugador al que le gustaría parecerse en cuanto dé el salto a profesionales, y que ha sido entrenado precisamente por su entrenador Kevin Young, quien seguro podrá orientar y trabajar más su juego para adquirir skills o mejorar sus habilidades de cara a la NBA.
En definitiva, y a lo que quería venir yo. La decisión de comprometerse con BYU no ha sido una sorpresa como mucha gente pudiese pensar, sino que ha sido un cúmulo de muchos intereses e interesados en el que al final el componente económico ha sido decisivo. Veremos a ver si le pesa o no en lo deportivo a partir del curso próximo.
Para quien no conozca o no haya visto todavía a Dybantsa, comparto por aquí unos highlights suyos del pasado circuito EYBL. Ya sabéis que estas cosas hay que cogerlas con pinzas, pero para que lo vayáis conociendo poco a poco: